El tren del saber les pasó y quedaron en el camino; hoy tienen edad de adultos, pero ya no desaprovecharon la oportunidad, se subieron al tren del conocimiento y este lunes obtuvieron su certificado de egresados en lo que se denomina “4to. ciclo escolar para la educación de personas adultas”.
Son 13 las personas privadas de libertad (PPL) que miraron por última vez detrás de sus hombros para ver el tiempo perdido, y así tomar conciencia sobre la importancia de la preparación académica para la vida.
Las PPL cumplen condena en la Unidad Penitenciaria Industrial Esperanza (UPIE) y encontraron en el Centro de Educación de Jóvenes y Adultos N°154, que funciona en la misma penitenciaría, el último vagón que los lleve por los rieles del saber.
En un emotivo acto, egresados, profesores, autoridades penitenciarias participaron de un oficio religioso, para luego dar lugar a la sección del evento académico en donde por fin tengan en sus manos el primer fruto de su dedicación y perseverancia.
En representación de todos sus compañeros, Juan González Rivas agradeció a todas las personas que hicieron posible para ellos la oportunidad del estudio, al tiempo de lanzar un mensaje motivador a sus compañeros.
“Hoy no solo celebramos la culminación de un ciclo educativo, sino la afirmación y capacidad de cambiar nuestras vidas mediante el estudio, en este proceso nos hemos convertido en modelo a seguir, no solo para nosotros mismos, sino para aquellos que afrontan contextos similares de encierro y desafío”, dijo González.
A su turno, en nombre de los profes, como cariñosamente les llaman las PPL, Herna Rodríguez, destacó el esfuerzo de estas personas que, pese a dejar tanto tiempo perdido, y con el peso de la adultez encima, decidieron retomar su etapa de preparación.
“El aprendizaje no solo se basa en aprender contenidos, también incluye el aprendizaje de lo que es la vida, cómo enfrentarnos a ella, los valores que necesitamos adquirir para vivir en armonía y cómo ser mejores personas”, mencionó Rodríguez.