El amor supera barreras en el “Serafina Dávalos”, MPL contrajo matrimonio

La historia de Helen Cristi Sosa, persona privada de libertad del Centro Penitenciario de Mujeres “Serafina Dávalos”, de Cnel. Oviedo, es el ejemplo de una mujer dispuesta a enmendar sus errores, superar las adversidades y mirar la vida y el futuro con optimismo y esperanza. Por ella, y por muchas otras personas que cayeron en el delito, pero que buscan y quieren su rehabilitación, el Ministerio de Justicia encara como prioridad los proyectos y los programas de capacitación y reinserción social, consciente de que la dignificación de las personas privadas de libertad es el primer paso para evitar que caigan en las garras de los clanes criminales o en la reincidencia.

Para Helen Cristi Sosa el amor no tiene barreras, ni barrotes. Helen ayer contrajo matrimonio civil con José Aguiar, su compañero de la vida, su amor incondicional, formalizando una relación que lleva sus años. Fueron testigos de la ceremonia la Lic. Judyd Franco, directora del centro penitenciario; Hugo Monges, jefe de Talento Humano; Disnardo Almada y Toribia Aguiar. Presidió el acto la oficial de justicia Mirta Céspedes Laterza. También participaron como invitados las mujeres privadas de libertad y funcionarios del Centro Penitenciario “Serafina Dávalos”.

Helen y José se conocieron en España, a donde habían ido en busca de mejores horizontes. Ambos trabajaban en un restaurante de la Madre Patria. Empezaron siendo amigos, pero con el tiempo se enamoraron y se unieron. De esa relación nacieron tres hijos, dos mujeres y un varón. Volvieron al Paraguay con la esperanza de abrirse camino con la familia que formaron en suelo español, pero ese sueño se vio frenado por los avatares que presenta la vida.

Helen cayó en la tentación y en las garras del narcotráfico. Fue condenada a 6 años y 6 meses por tráfico de estupefacientes. La condena se cumple en 4 años más. Actualmente trabaja como voluntaria en la cocina del centro penitenciario, en la preparación de alimentos para sus compañeras MPL. Su amigo, compañero y hoy esposo José la acompañó en todo este tiempo, junto a toda su familia, confiados en una pronta redención.

La ilusión de Helen y José siempre fue casarse, pero por diferentes circunstancias ese sueño se fue postergando hasta ayer en que ambos hicieron realidad sus anhelos. La felicidad que ambos irradiaban ante tan esperado acontecimiento era contagiante; el centro “Serafina Dávalos” se vistió de fiesta.

El plan de vida de Helen es reinsertarse en la sociedad, recuperar el tiempo con su familia y amigos; conseguir un empleo, para así ayudar a su amada familia; demostrar que la rehabilitación es viable; y que el amor y la felicidad son posibles, más allá de las barreras.