En Concepción, MPL encara el desafío de enfrentar el futuro a través de los programas de reinserción

María Cornelia Zayas (49), oriunda de Filadelfia, Chaco, es una mujer privada de libertad (MPL) en la Penitenciaría Regional de Concepción desde hace dos años y medio. A partir de entonces estudia y trabaja con una máquina de coser cedida por el Ministerio de Justicia como aliada para ganarse el sostén y la redención. Con telas, confecciona ropas, bolsos, sábanas y regalos para eventos. Después del encierro, sueña con su negocio propio.

Desde su celda, sentada en un taburete, “Mary”, como la apodan, nos enseña cómo acondicionó el espacio para instalar una máquina de coser industrial recta, hilos, reglas, tijera y telas amontonadas, sitio donde crea sus diseños de moda básica y puede trabajar hasta las 23 horas en costura, si se requiere.

El proyecto para promover su reinserción está a cargo de la Dirección de Bienestar y Reinserción Social y la Dirección de la Penitenciaria de Concepción.

“Mary” ya tenía nociones en el oficio de la costura estando en libertad, pero desarrolló nuevas habilidades cuando cruzó los muros del penal y se asoció inicialmente a otra mujer privada de libertad que ya compurgó su pena. No obstante, como artífice de su propio destino, sigue adelante sola y quiere sacarle partido al encierro ligada al trabajo y el estudio.

“Desde que ingresé siempre tuve la oportunidad de aprender más, porque nunca es tarde. La idea, Dios mediante, cuando me vaya, es realizar afuera los trabajos que aprendí acá”, subraya “Mary”, sobre quien pesa una condena de cinco años.

Intramuros, la MPL se tituló en cursos de panadería y confitería, manualidades, como el crochet y pintura, dictados por el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP). Cocinó casi un año voluntariamente para el pabellón.

Actualmente, imparte clases de estudio bíblico en la iglesia católica. Volvió a las aulas y cursa el 7° grado de la Educación Escolar Básica Bilingüe para Personas Jóvenes y Adultas en contexto de encierro, del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).

Por ahora, “Mary” anhela que llegue el día de regresar al Chaco junto a sus cuatro hijos y volver a casarse. Desea coserles ropa, cocinarles y predicar a los niños necesitados del barrio. Y, por sobre todo, tiene ganas y determinación de montar su propio negocio de taller de costura.

Y, por qué no, dar el salto de comprarse una pequeña casa propia.