Isidoro Castillo, persona privada de libertad, con su trabajo a favor de la reinserción laboral desde la Granja Penitenciaria Semiabierta Ita Porâ, de la ciudad de Emboscada, inspira y es un testimonio de que la rehabilitación es posible.
El Ministerio de Justicia, que apuesta ala capacitación para el cultivo de productos frutihortícolas como programa de rehabilitación, otorga una oportunidad para el agronegocio, en una superficie de 1.800 m2 que pueden ser aprovechadas para la cosecha de hortalizas y frutas, para la venta o para provecho de la población penitenciaria.
Desde la Granja Penitenciaria, hace dos meses, Isidoro (48) denota su interés por retornar a la sociedad, volcando todos sus conocimientos agrícolas como egresado del Colegio Nacional Técnico Agropecuario 21 de Julio, de la ciudad de Tobatí. Lo esperan todavía 7 años de condena, pero confía que su redención llegará más temprano que tarde.
En el espacio que le fue asignado para la huerta utilizó residuos orgánicos de origen animal y vegetal, método que ayudó a recuperar los suelos muy explotados. Para el cultivo de cítricos, implementó metodologías de retención de agua y cuidado fitosanitario de plantación amigables con el medio ambiente, e insecticidas y funguicidas naturales que previenen el ataque de plagas y enfermedades de las plantas.
Gracias a las técnicas agropecuarias y condiciones del suelo que está generado en parcelas extendidas en un espacio de 600 m2 con tácticas orgánicas, muy pronto se cosecharán cebollita de hoja, lechuga, ajo, remolacha, acelga, tomate, locote, zanahoria, poroto, mandioca y plantas medicinales.
En cítricos, naranja de producción tardía, naranja de producción temprana, limón Tahití, limón rugoso (real), limón nacional, mandarina nacional e injertada, pomelo, toronja y lima de Persia harán las delicias de los que sean beneficiados. Toda la producción de hortalizas y frutos tiene doble propósito: venta y aprovechamiento para PPL del penal.
Como coordinador del programa, Gustavo Argaña, enlace de la Dirección de Bienestar y Reinserción Social, expuso que los trabajos agrícolas constituyen una excelente terapia para el cambio de las personas privadas de libertad.