Una mantequilla de maní nutre los programas de reinserción social y laboral del Ministerio de Justicia

Remy Marlon Herrera Fischer (39), persona privada de libertad alojada en la Penitenciaría Regional de Emboscada Antigua, es otro ejemplo de superación y con muchas ganas de redención a través del arrepentimiento y el trabajo honesto. Cobijado y alentado por familiares, amigos y los programas de reinserción social y laboral del Ministerio de Justicia, intramuros emprendió el negocio de procesar maní para convertirlo en una deliciosa mantequilla que empieza a incursionar en el mercado.

Sus productos, de marca “Kerr” (hombre fuerte en lenguas nórdicas), se producen en un taller inaugurado hace cuatro meses, en una concesión de espacio que le otorgó el Ministerio de Justicia. La marca cuenta con el Registro Sanitario de Producto Alimenticio del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), en cumplimiento de las condiciones higiénicos-sanitarias vigentes obligatorias.

Herrera Fischer, nacido en Berlín, Alemania, de madre alemana y padre colombiano, desde hace 5 años cumple una condena de 15, por narcotráfico, una actividad ilícita que hoy aborrece por sus consecuencias.

Desde niño tuvo pasión por el maní. Ya recluido en el penal de Emboscada Antigua, no tuvo mejor idea que sacar provecho de una procesadora que guardaba su esposa en la casa y la trajo al penal para producir, envasar y comercializar la mantequilla de maní dentro del reclusorio. Gustó tanto a las PPL y las visitas que empezó a venderlas y, con la misma ganancia, invirtió en una procesadora industrial de mayor porte.

La producción oscila hoy entre 500 y 1.000 potes semanales puestos a la venta. Remy ofrece productos 100% naturales de maní, a base de proteína con nutrientes esenciales, libre de azúcares, agregados ni aceites adjuntos. Las presentaciones en envases de vidrio de 400 gramos son fuentes de energía disponibles en sabor maní puro o maní con cacao, vainilla o coco, acabadas con capuchas de plástico termo controlables para garantizar el cerrado hermético.

Herrera Fisher está motivado y sueña en grande. En la actualidad ya consiguió posicionar la mantequilla en algunos gimnasios de la capital, un club deportivo de Primera División y clientes varios, pero quiere llegar a supermercados y a muchos otros rincones.

“Voy a construir mi futuro y el de mi familia basado en mi emprendimiento, un sustento fijo, estable. Mi siguiente paso es ubicarme en más góndolas del país y expandirme al Brasil, donde la demanda de estos productos de maní es muy alta. Más adelante ya estoy pensando en crear una línea innovada de alimentos para niños y bebés. Yo lo perdí todo de un momento a otro en el mundo del narcotráfico, pero cambié; Dios está hoy conmigo y estará más adelante”, declaró.

La historia de Remy Marlon Herrera Fisher es la evidencia de que las políticas públicas de reinserción social y laboral cambian vidas. Aquel pequeño niño inquieto, creativo y soñador, nacido en Berlín, que consiguió varios campeonatos de boxeo en competencias amateurs y profesionales europeas, cometió un error y hoy lo está pagando. Sin embargo, está dispuesto a reivindicarse ante su familia y la sociedad. Por eso apuesta a desarrollarse y trascender de manera personal, cuidando a su esposa e hijos paraguayos, con los que anhela una vida mejor en Paraguay.

Las personas interesadas en adquirir la mantequilla de maní “Kerr” pueden hacer sus pedidos y contactar con el correo electrónico  reinsercion.vmpc@gmail.com o al teléfono 0976-232205.